03 octubre, 2016
¿POR QUÉ LOS MEXICANOS, AMAMOS PARA TODA LA VIDA?
Para nosotros los mexicanos, estos días las almas de nuestros seres queridos vuelven a casa, por eso los recibimos con lo que más les gusta, como si volvieran de un viaje largo y necesitaran retomar fuerzas.
Conforme los años van pasando, “el ser extranjero” comienza a evolucionar a “mexicano viviendo en...”, con esto me refiero a que la parte de querer camuflarte en tu nuevo país de residencia termina y quieres adecuar tus tradiciones y costumbres a como dé lugar en tu nueva ubicación.
Justo esto me ha pasado con el día de muertos, la fiesta más representativa de México, y la que, sin duda alguna, más curiosidad genera por como lo entendemos y vivimos los mexicanos. Esta fiesta la tengo tatuada en mi memoria y corazón, y no es para menos, no recuerdo ni un momento que no la haya celebrado o al menos lo haya intentado.
Al intentar llevarla a la práctica en España, ha sido complicado porque no siempre se pueden conseguir los elementos o tus nuevos amigos no terminan de comprender muy bien qué es lo que hacemos con exactitud. Es por ese motivo este breve texto.
Para iniciar, desmentiré categóricamente algunas ideas: No es una adoración a la muerte, no invocamos ni hablamos con los muertos, no nos convertimos en médiums, no los desenterramos... El día de muertos se celebra el 01 y 02 de noviembre, creemos que sus almas nos visitan: el 01 vienen a “visitarnos los niños” y el 02 “los adultos”. Es una fiesta que se remonta desde el México prehispánico, obviamente mucho antes de la conquista de los españoles.
El ritual en México inicia con la compra: pan de muerto, flores de cempasúchil (conocida, en otros países de habla hispana, como tagete), velas, calaveras de azúcar, papel picado, agua, ruta, incienso, tequila y los ingredientes necesarios para cocinar los platillos favoritos de nuestro familiar difunto. Posteriormente, en algún rinconcito de la casa, puede ser una mesa, decoramos con papel picado y sobre éste colocamos los alimentos y veladoras. Las flores son al estilo de cada familia, pueden estar a los lados de la ofrenda, o junto a los alimentos en forma decorativa. Para finalizar, ponemos una fotografía de nuestros seres queridos... y entonces la magia sucede.
Para nosotros los mexicanos, estos días las almas de nuestros seres queridos vuelven a casa, por eso los recibimos con lo que más les gusta, como si volvieran de un viaje largo y necesitaran retomar fuerzas. Vuelven a nuestra mesa y podemos compartir alimentos, beber tequila y escuchar las canciones que más les gustaban. Para nosotros los mexicanos, la muerte no es ningún obstáculo para seguir queriendo y demostrando todo nuestro afecto a nuestros seres queridos, es la prueba de que podemos querer para toda la vida, y mucho.
Para nosotros “buena vida y buena muerte, eso es suerte”.
Daniela Cuecuecha.
Twitter: @danicuecuecha
Justo esto me ha pasado con el día de muertos, la fiesta más representativa de México, y la que, sin duda alguna, más curiosidad genera por como lo entendemos y vivimos los mexicanos. Esta fiesta la tengo tatuada en mi memoria y corazón, y no es para menos, no recuerdo ni un momento que no la haya celebrado o al menos lo haya intentado.
Al intentar llevarla a la práctica en España, ha sido complicado porque no siempre se pueden conseguir los elementos o tus nuevos amigos no terminan de comprender muy bien qué es lo que hacemos con exactitud. Es por ese motivo este breve texto.
Para iniciar, desmentiré categóricamente algunas ideas: No es una adoración a la muerte, no invocamos ni hablamos con los muertos, no nos convertimos en médiums, no los desenterramos... El día de muertos se celebra el 01 y 02 de noviembre, creemos que sus almas nos visitan: el 01 vienen a “visitarnos los niños” y el 02 “los adultos”. Es una fiesta que se remonta desde el México prehispánico, obviamente mucho antes de la conquista de los españoles.
El ritual en México inicia con la compra: pan de muerto, flores de cempasúchil (conocida, en otros países de habla hispana, como tagete), velas, calaveras de azúcar, papel picado, agua, ruta, incienso, tequila y los ingredientes necesarios para cocinar los platillos favoritos de nuestro familiar difunto. Posteriormente, en algún rinconcito de la casa, puede ser una mesa, decoramos con papel picado y sobre éste colocamos los alimentos y veladoras. Las flores son al estilo de cada familia, pueden estar a los lados de la ofrenda, o junto a los alimentos en forma decorativa. Para finalizar, ponemos una fotografía de nuestros seres queridos... y entonces la magia sucede.
Para nosotros los mexicanos, estos días las almas de nuestros seres queridos vuelven a casa, por eso los recibimos con lo que más les gusta, como si volvieran de un viaje largo y necesitaran retomar fuerzas. Vuelven a nuestra mesa y podemos compartir alimentos, beber tequila y escuchar las canciones que más les gustaban. Para nosotros los mexicanos, la muerte no es ningún obstáculo para seguir queriendo y demostrando todo nuestro afecto a nuestros seres queridos, es la prueba de que podemos querer para toda la vida, y mucho.
Para nosotros “buena vida y buena muerte, eso es suerte”.
Daniela Cuecuecha.
Twitter: @danicuecuecha