¡SER PADRE, MADRE Y EMPRESARIA AL MISMO TIEMPO!

Es una tarea difícil, a veces parecería imposible...


 

...pero no lo es tanto, porque la vida te pone las oportunidades y las satisfacciones que se reciben son mucho más grandes y el alma se te llena de orgullo. 

El ser ejemplo para los demás es un compromiso que se adquiere desde el momento que tienes una vida, una familia, un hijo. ¿Cómo vas a pedir a los demás lo que no has dado? 

Mi experiencia de vida ha sido maravillosa y esto no quiere decir que no he sufrido. Tuve unos padres excelentes, dedicados en cuerpo y alma a los 4 hijos. Nos dieron una buena vida económica, pero el cariño, apoyo moral y compañía, fueron la clave para que yo, en los momentos de pensar en claudicar o de estar cansada de vivir, saliera adelante.

Sólo pensar en ellos me dio la fuerza para seguir adelante. Y eso es lo que he tratado de hacer con mi vida, con mi hija, con mis seres queridos y con mis negocios. Lo aprendí de mis padres y los resultados son muy buenos. 

Yo creía en el príncipe azul y en una vida de cuento y de repente y sin imaginarlo, a los 30 años de edad, me encuentro sola, sin marido, sin trabajo, sin casa y sin dinero... pero ... con una princesa de 6 meses de edad. Ella dependía de mí total y absolutamente. Darle de comer, dormirla, llevarla al médico, pasearla, jugar, etc . Si no lo hacía yo ¿qué sería de mi bebé? Yo no tenía derecho de hacerla sufrir porque yo la traje al mundo, yo la pedí y además de adorarla, era mi responsabilidad. 

Planeé y pensé lo que necesitaba para lograr estar bien y lo tenía muy claro: Necesitaba una casa, pues me fui a vivir con mis padres, que me recibieron con los brazos abiertos. Necesitaba un trabajo, pero no quería dejar sola a mi niña, entonces empecé a hacer trabajos manuales en casa y con la gran suerte que, durante varios años, tuvimos pedidos grandes para tiendas importantes. Con esto resolví la parte económica y el estar con la niña. 
Cuando cumplió dos años, necesitaba un colegio para llevarla, busqué, pero ninguno me gustaba. Decidí que era el momento de realizar mi sueño: poner un colegio. Conseguí todo lo que necesitaba para abrirlo. Fue otro milagro. En poco tiempo ya tenía socios, inmueble, permisos, alumnos y maestros.

Aprendí que lo que "llegas a creer, lo llegas a crear" y así fue. No puedo explicarte cómo, pero lo creía, perseveré y trabajé mucho. Así fue que, en unos años, mi hermoso Colegio creció tanto, ¡qué negábamos lugares! Entonces entendí que "cuando más oscura está la noche, es cuando amanecerá“. 

 
Gemma Urbina. 

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